martes, 27 de marzo de 2012

Eric Moussambani


No sé si conoceréis quien es este hombre ni porqué se le conoce así que antes de nada me gustaría que vieseis este vídeo de los Juegos Olímpicos de Sidney del año 2000:
¿Qué os ha parecido? No sé con qué sensación os habréis quedado, pero después de escuchar la historia, creo que la sensación será, por lo menos, distinta:
Es el año 1999 y Eric Moussambani quiere participar en los JJOO de Sidney representando a Guinea Ecuatorial en atletismo, pero el equipo está completo así que se ve obligado a buscar otro deporte si quiere participar en los Juegos: la natación.
Para acudir a los JJOO es necesario realizar un tiempo mínimo, pero los países en vías de desarrollo forman parte de un programa especial en el que se dan invitaciones a todos los países del mundo para que haya al menos un representante. Y gracias a esta invitación Eric decide preparar la eliminatoria de los 100 metros libre, prueba reina de la natación.
Y aquí empieza lo interesante de la historia: Eric hasta ese momento no ha practicado nunca la natación. En ocho meses aprende a nadar, entrena y se prepara en la piscina de un hotel. Un dato: la piscina del hotel tiene 22 metros. Y diréis, ¿y qué? Una piscina de competición tiene que tener una medida de 25 ó de 50 metros, y para más datos, la de los JJOO es de 50 metros. Es decir, Eric aprende a nadar y entrena en ocho meses en una piscina no reglamentaria y menos de la mitad de larga de lo que se va a encontrar en Sidney. Cuando ve por primera vez la piscina de Sidney piensa que tiene 100 metros y que sólo tiene que hacer un largo.
En las eliminatorias le toca en la serie 1, la más floja, en la que compite con otros dos nadadores que forman parte también del programa para los países en vías de desarrollo, pero que están mucho mejor entrenados y pertrechados que él (bañadores de competición, gorro y gafas de competición, etc,...), pero son descalificados por tirarse al agua antes de que el juez lo indique. Eric va a nadar sólo ante miles de personas, sin contar los que lo van a ver por televisión. Y es en ese minuto y 52 segundos en el que se gana al mundo.
Para los que no sepan si el tiempo es bueno o malo intentaré explicarlo: el récord del mundo masculino de 100 metros libre está en 47 segundos y cualquier nadador baja de 1.10 sin problema alguno (y si ha entrenado un poco más, del minuto sin problema también). Y, para cualquier persona que nade habitualmente, bajar de 1.45 está a su alcance si se mantiene un tono físico aceptable. Con estos datos no quiero quitarle el mérito que tuvo a Eric, al revés, pretendo realzar lo que hizo.
Lo que consiguió en esos casi dos minutos fue demostrar a todo el mundo en qué consiste el deporte, cuál es su esencia: el trabajo, la superación, luchar contra uno mismo para mejorar, que el cuerpo gane a la mente cuando esta te dice que ya no puede más, etc..., es decir los valores que se tendrían que transmitir en el deporte, y que por desgracia se están perdiendo cada vez más.
Es cierto que el estilo no es bueno, que el segundo largo se le hace eterno, que el equipo que lleva no es el mejor, etc... Podríamos buscarle muchos peros, reírnos de él como hicieron muchos comentaristas o incluso ponerle un mote que yo encuentro vergonzoso: “The Eel” (la anguila) por su estilo poco trabajado, pero yo creo que es un ejemplo a seguir. Y la gente que asistió en directo también se dio cuenta enseguida: comenzó a animarle y a aplaudirle, sobre todo en el segundo largo, porque se dieron cuenta que era importante e histórico: Eric era un ejemplo para todo el mundo.
Después de que su historia diese la vuelta al mundo Eric siguió dedicándose a la natación: continuó entrenando en Barcelona y consiguió bajar del minuto, después  intentó presentarse a los JJOO de 2004 y 2008 pero por problemas burocráticos y por diversas circunstancias no pudo participar. Recientemente ha sido nombrado director técnico de la Federación de Guinea Ecuatorial de Natación.
Tras su hazaña en Sidney, está considerado un héroe en África y es el ídolo de muchos niños. También diversas televisiones le entrevistaron para conocer su historia, pero en ocasiones fue para mofarse y decidió pasar a un segundo plano y dedicarse a entrenar.
Este es el caso que os quería traer hoy, el de un héroe que se ganó al mundo en una prueba de menos de dos minutos. Porque una cosa si quiero añadir: Si tienes que explicar por qué eres un héroe entonces no eres un héroe. Y Eric Moussambani no tiene que explicarlo, sólo hace falta conocer su historia para saber que lo es.
Philipp

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