Cada cuatro años por estas fechas, los Juegos
Olímpicos comienzan su curso y en esta ocasión tienen lugar en Londres, ciudad
que ya ha organizado en el pasado otros dos eventos de esta magnitud,
convirtiéndose así en la ciudad que ha acogido en mayor número de ocasiones las
Olimpiadas.
La ceremonia supongo que tendrá algunos
detractores pero la verdad es que a mí me pareció fantástica. Se vieron imágenes
de los cuatro territorios que conforman Gran Bretaña (Irlanda del Norte, Gales,
Escocia e Inglaterra), mostrando su cultura, tradiciones, paisajes y gente. Por
otra parte, se realizó un paso por la historia del país: la vida en el campo,
la Revolución Industrial de finales del XVIII y comienzos del XIX, la formación
de los sindicatos de trabajadores, el voto femenino, etc...
Además, el espectáculo mostró la importancia que la
literatura, los cuentos infantiles y juveniles, las series y películas y sobre
todo la música (genial en toda la ceremonia, repasando los grupos y cantantes
más importantes de la música británica), han tenido y tienen en la cultura
británica. La nota cómica de la noche la pusieron el eterno Mr. Bean y sobre
todo la Reina que, en un trabajado sketch, pareció que se tiraba en paracaídas
desde un helicóptero junto a uno de los iconos británicos: James Bond. El final
de la ceremonia también fue bonito, con siete relevistas para encender el
pebetero central y con la presencia de Muhammad Ali y Paul McCartney y la colaboración de David
Beckham entre otros.
Pero lo importante en los Juegos son los y las
deportistas, y conforme iban entrando en el estadio tras la bandera de sus
respectivos países se apreciaba la felicidad y orgullo de todos por formar
parte del evento. Personalmente, creo que debe ser algo que realmente marque tu
vida de algún modo para siempre: entrar en el estadio representando a tu país
en el mayor evento deportivo del mundo, con miembros de todos los países del
globo y con millones de personas pendientes del evento, debe compensar con
creces todo el esfuerzo, dedicación y sacrificio realizados para poder acudir
al mismo. Tiene que ser algo impagable.
En estos Juegos hay algunas pruebas o duelos
marcados en rojo en el calendario: la prueba en línea de ciclismo, el maratón,
los 100 m. lisos masculinos, el duelo Phelps-Lochte, el baloncesto con el
equipazo americano, el fútbol, etc...; pero también es una buena ocasión para descubrir
deportes menos conocidos por ser minoritarios, conocer los nuevos talentos que surgen siempre
en todos los deportes, ver segundas juventudes de deportistas consagrados,
etc...
En definitiva, Londres 2012 ya está en marcha y con ello el deporte, que
es de lo que se trata. Las diversas disciplinas se irán celebrando a lo largo
de estas dos semanas, con alegrías, desazones, infortunios, lesiones y hazañas; pero siempre
con el afán de superación de competición
y de respeto de los diversos deportistas. Porque de lo que siempre se habla es
del medallero, pero lo que realmente importa es ese esfuerzo y superación de
todos los deportistas. Los Juegos Olímpicos son la fiesta máxima del deporte,
son su esencia, así que tenemos la oportunidad de disfrutarlos hasta dentro de
cuatro años: Río 2016.
Philipp
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