(La carta de despedida que se expone a continuación ha sido "robada" de una publicación de Facebook de uno de los bloggeros de Más Allá del Muro)
Se cierra el telón, se apagan las luces, callan los
aplausos. Se marchan los espectadores, los actores y hasta los apuntadores.
Pero un momento, ¿Qué es eso? ¿los créditos? ¿un último final? ¡“Estibi” se
está tirando otra vez a nadar!!.
Y sí, cuestión de horas he tardado en echarme al
agua después de mi despedida del 7 de Julio, San Fermín. Ha sido divertido
nadar sin intención de competir y tener presente a la vez en todo lo que tan
sorprendentemente rápido ha pasado. Si cada brazada me recordase un entreno,
una competición, un “puro”, una piscina, un compañero o un buen momento seguiría
nadando hasta dar los virajes en la luna. Entrenadores, padres y nadadores. Es
difícil contar todas las personas que han dejado huella en esta historia de más
de 15 años pero imposible agradecérselo a todos sin excepción: los que
estuvieron en el prólogo, los que aparecieron al final y sobre todo a los que
han estado presentes en todos los capítulos.
Durante cinco días a la semana (amén de los sábados
y algún domingo), solo entrar por la puerta del vestuario ya suponía razones
para dejar de lado todo lo malo. Suponía entrar en nuestro mundo y el día que
faltaba, suponía ponerme de mala ostia… Y no ha sido precisamente todo un
camino de rosas, nos ha tocado vivir momentos durísimos que se salen de lo
deportivo y entran en lo personal. Pero ahí reside la auténtica magia de esta
aventura, vuestro amor y vuestra compañía ha impedido cualquier derrota y ha
ahogado (literalmente) todas las penas. Ha sido impresionante como teniendo en
común únicamente un deporte hemos vivido y superado tantas cosas. Como todos
habéis formado parte de mi vida y como me habéis dejado formar parte de la
vuestra.
Si los poyetes hablasen nos contarían desde el
primero de nuestros exámenes hasta el último cotilleo cantado a voces en mitad
de los entrenos. Nos contarían nuestros objetivos, nuestras ganas o su absoluta
ausencia, lo que queríamos ser de mayores y lo que hemos hecho todos los
sábados por la noche. También el de la calle 2,donde tantas horas ha nadado el
que está escribiendo aquí, pintaría la cara que poníais cuando os pasaban “a la
calle del Esteban”, ¡no preocuparse, uno nunca se ha ofendido!.
Pero hemos sido nosotros y no los poyetes los que
hemos exagerado nuestros sueños. Nuestros objetivos de cada temporada han
crecido y se han multiplicado o mejorado gracias a los ánimos, a las bromas y a
la imaginación. No solo en nuestra piscina: en Morillo, en Villanúa, en
Benicarló en las piscinas Picornell... Pero lo más bonito de todo es que muchos
de estos sueños es que no eran solo marcas y que muchos los hemos logrado aún
cuando parecían imposibles. Muchos de los que estamos a puntito de ser lo que
siempre habíamos querido ser vemos como el ciclo continúa. Es una pasada ver
cómo los que vienen por abajo nos imitan y pasan por lo mimo. Por todo esto y
no por otras cosas hemos sido un equipo y es por lo que toca dar gracias hoy.
A decisión personal se termina una etapa. No porque
falten ganas ni compañía sino porque lo que no sobra es el tiempo y es hora de
priorizar. Si para alguno de vosotros supone un mínimo cambio porque falte una
persona, dadle la vuelta a la tortilla y pensar que a una persona le faltan de
golpe y porrazo muchos compañeros. Los cambios de hacen para buscar algo o para
huir de algo, de sobra sabéis por qué par mí es temporada de cambiar.
¡Y que rápido ha pasado el tiempo! Como dice una de mis
canciones favoritas “El tiempo te coge de
la muñeca y te dirige a donde ir”. Deseo con todas mis fuerzas no
encontraros en los sitios a los que me va a llevar los próximos años… pero a lo
que voy, sobre la canción: un amigo me enseñó lo que tienen las canciones, que
cuando son tus favoritas las puedes escuchar enteras, con todos sus acordes y
letra sin tener darle al play. Aun en un hospital, gracias a vosotros, podré
recordar cada detalle y cada gesto que habéis tenido conmigo, podré rememorar
lo que lleva sonando tantas temporadas
Por último ya solo destacar la línea de llegada, el
final. Ver en mi segunda casa a todos mis compañeros aplaudir y gritar mi
nombre, con un nadador master y mi entrenador de toda la vida trayendo una
camiseta firmada, con un speaker de lujo, con una avalancha de mensajes
preciosos al llegar a casa… en fin, sin palabras, no podría haber sido más
perfecto.
¡La temporada que viene una aventura acaba y otra empieza!. Por todo
lo que ha pasado y por todo lo que está por venir, de corazón:
¡GRACIAS!
En la imagen: nadador retirado y feliz rodeado por algunos de sus compañeros |
Yen Sid
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