Cuando lo único que importa es la rapidez,
cuando lo único que interesa es llegar a la hora. Las prisas y la costumbre de
dejar las cosas para el último momento nos hacen llegar tarde y tener amigos y
asuntos esperando. Si nunca deseaste ir más rápido, es que nunca necesitaste un
avestruz.
Durante años el ser humano se ha fijado en
las aves. Su vuelo ha cautivado a espíritus que deseaban ser libres, a
inventores que soñaban con volar algún día. Pero nada más excelente que la más
grande de todas, el avestruz. Qué elegancia y qué pasos, cuánto ritmo y cuánta
armonía en sus zancadas. Dios las privó de volar pero a cambio les obsequió con
dos largas piernas de ensueño, envidia
hoy de muchas modelos.
Ya en el Renacimiento florentino, a la sombra
del antropocentrismo, Leonardo se fijó en la armonía de estos bellos animales
traídos desde África a sus talleres. Encontró en ellas proporciones nunca
vistas por los grecorromanos, esto es, ninguna proporción; valoró la
imperfección y la simpatía que le transmitían. Y solo una idea hizo abandonar
al genio su pasión por los vuelos y por los pájaros: un medio de transporte
eficaz y al alcance de todos. Imaginó
personas que nunca llegarían tarde cabalgando a sus lomos. Imaginó un futuro
mejor.
Cinco puntos de vista en el estudio del avestruz. (detalle). Leonardo da Vinci. Hacia 1510-1512.Pluma y tinta con carboncillo. Colección del castillo de Windsor. |
Un avestruz echa una cerveza a la salud del Sr. Mouse en The Gallopin Gaucho. |
Aquí viene el proyecto. Tan simple como bajar
una mañana, subir encima de tan majestuoso espécimen y susurrarle su destino. A
zancadas a cualquier parte; respetando con nobleza cualquier señal de tráfico,
sin salir del carril avestruz y dando lo que parece un buenos días a conocidos
y conocidas a su veloz paso. Una vez finalizado el viaje, recompensa en forma
de comida para el trabajador. Se alimentan incluso de piedras, por lo que siempre
encontrará algo con lo que gratificar a su chófer. Tomará con cariño el obsequio de su mano y su
cuello adoptará por unos instantes la forma de su premio mientras lo deglute.
Si comparamos con el precio de otros combustibles, notará el lector que no solo
resulta más gratificante “dar” sino que también sus ahorros lo agradecerán.
Tras una reverencia del jinete y una reverencia de la montura en señal de
respeto, con la sensación del deber cumplido, esconderá su cabeza en la tierra
para esperar el próximo paseo. Qué calma y qué paz transmiten cuando están de
pie y con la cabeza bajo suelo, un avestruz también es símbolo de tranquilidad;
nunca entendí por qué eligieron a las palomas el símbolo de la paz pudiendo
escoger a nuestros protagonistas…
Zapatillas y abrigo en invierno, botas de
lluvia para días de tormenta, chanclas en verano… La moda e incluso la
publicidad podría llegar también a este futuro transporte público. Pero no las
usen como meros objetos, no las despersonalicen, también tienen sentimientos.
En una de las películas anteriormente citadas se expone la teoría de que tienen
actitudes suicidas. No se ha demostrado del todo tal afirmación pero va con
moraleja: trátenlas con cariño. ¿ A
Quién se le ocurre una estampa más romántica que dos avestruces enamoradas en
primavera y enlazando a sus dueños?. ¿ Y qué más bonito que un huevo de
avestruz de inmensas proporciones nacido de esa unión?. De preferencia católica, faltarán altares para
tantas bodas: el avestruz también como símbolo de amor y del sagrado
matrimonio.
Por todo ello y por mucho más, invitamos al
lector a perseguir sus alocadas ideas, sus sueños y proyectos por muy pintorescos
que parezcan. Los que no lo entienden los tacharán de absurdos. Pero como ven, siendo realistas, argumentos sobran para que
el escritor pueda ver en un futuro no muy lejano cumplir sus deseos de cabalgar
hacia el trabajo. A partir de hoy, abrimos el debate y las sugerencias para
mejorar este innovador sistema. Gracias por su atención.
Yen Sid.