jueves, 11 de julio de 2013

SI LOS POYETES HABLASEN…



(La carta de despedida que se expone a continuación ha sido "robada" de una publicación de Facebook de uno de los bloggeros de Más Allá del Muro)
 
Se cierra el telón, se apagan las luces, callan los aplausos. Se marchan los espectadores, los actores y hasta los apuntadores. Pero un momento, ¿Qué es eso? ¿los créditos? ¿un último final? ¡“Estibi” se está tirando otra vez a nadar!!.
Y sí, cuestión de horas he tardado en echarme al agua después de mi despedida del 7 de Julio, San Fermín. Ha sido divertido nadar sin intención de competir y tener presente a la vez en todo lo que tan sorprendentemente rápido ha pasado. Si cada brazada me recordase un entreno, una competición, un “puro”, una piscina, un compañero o un buen momento seguiría nadando hasta dar los virajes en la luna. Entrenadores, padres y nadadores. Es difícil contar todas las personas que han dejado huella en esta historia de más de 15 años pero imposible agradecérselo a todos sin excepción: los que estuvieron en el prólogo, los que aparecieron al final y sobre todo a los que han estado presentes en todos los capítulos.
Durante cinco días a la semana (amén de los sábados y algún domingo), solo entrar por la puerta del vestuario ya suponía razones para dejar de lado todo lo malo. Suponía entrar en nuestro mundo y el día que faltaba, suponía ponerme de mala ostia… Y no ha sido precisamente todo un camino de rosas, nos ha tocado vivir momentos durísimos que se salen de lo deportivo y entran en lo personal. Pero ahí reside la auténtica magia de esta aventura, vuestro amor y vuestra compañía ha impedido cualquier derrota y ha ahogado (literalmente) todas las penas. Ha sido impresionante como teniendo en común únicamente un deporte hemos vivido y superado tantas cosas. Como todos habéis formado parte de mi vida y como me habéis dejado formar parte de la vuestra.
Si los poyetes hablasen nos contarían desde el primero de nuestros exámenes hasta el último cotilleo cantado a voces en mitad de los entrenos. Nos contarían nuestros objetivos, nuestras ganas o su absoluta ausencia, lo que queríamos ser de mayores y lo que hemos hecho todos los sábados por la noche. También el de la calle 2,donde tantas horas ha nadado el que está escribiendo aquí, pintaría la cara que poníais cuando os pasaban “a la calle del Esteban”, ¡no preocuparse, uno nunca se ha ofendido!.
Pero hemos sido nosotros y no los poyetes los que hemos exagerado nuestros sueños. Nuestros objetivos de cada temporada han crecido y se han multiplicado o mejorado gracias a los ánimos, a las bromas y a la imaginación. No solo en nuestra piscina: en Morillo, en Villanúa, en Benicarló en las piscinas Picornell... Pero lo más bonito de todo es que muchos de estos sueños es que no eran solo marcas y que muchos los hemos logrado aún cuando parecían imposibles. Muchos de los que estamos a puntito de ser lo que siempre habíamos querido ser vemos como el ciclo continúa. Es una pasada ver cómo los que vienen por abajo nos imitan y pasan por lo mimo. Por todo esto y no por otras cosas hemos sido un equipo y es por lo que toca dar gracias hoy.
A decisión personal se termina una etapa. No porque falten ganas ni compañía sino porque lo que no sobra es el tiempo y es hora de priorizar. Si para alguno de vosotros supone un mínimo cambio porque falte una persona, dadle la vuelta a la tortilla y pensar que a una persona le faltan de golpe y porrazo muchos compañeros. Los cambios de hacen para buscar algo o para huir de algo, de sobra sabéis por qué par mí es temporada de cambiar.
 ¡Y que rápido  ha pasado el tiempo! Como dice una de mis canciones favoritas “El tiempo te coge de la muñeca y te dirige a donde ir”. Deseo con todas mis fuerzas no encontraros en los sitios a los que me va a llevar los próximos años… pero a lo que voy, sobre la canción: un amigo me enseñó lo que tienen las canciones, que cuando son tus favoritas las puedes escuchar enteras, con todos sus acordes y letra sin tener darle al play. Aun en un hospital, gracias a vosotros, podré recordar cada detalle y cada gesto que habéis tenido conmigo, podré rememorar lo que lleva sonando tantas temporadas
Por último ya solo destacar la línea de llegada, el final. Ver en mi segunda casa a todos mis compañeros aplaudir y gritar mi nombre, con un nadador master y mi entrenador de toda la vida trayendo una camiseta firmada, con un speaker de lujo, con una avalancha de mensajes preciosos al llegar a casa… en fin, sin palabras, no podría haber sido más perfecto.
 
¡La temporada que viene una aventura acaba y otra empieza!. Por todo lo que ha pasado y por todo lo que está por venir, de corazón:
 ¡GRACIAS!

En la imagen: nadador retirado y feliz rodeado por algunos de sus compañeros
 
 
   Yen Sid

No hay comentarios:

Publicar un comentario